Estoy leyendo “Aprenda de la Mafia”, de Luis Ferrante, un capo americano que ejerció sus malas artes en el Nueva York de los años noventa y que tras pasar más de ocho años en el trullo decidió aplicar las técnicas de gestión de estas organizaciones delictivas a los negocios. En esta nueva faceta no sé si está triunfando, pero donde arrasa de calle es como conferenciante y motivador de directivos. Y es que conceptos sagrados para la mafia como la palabra dada, el honor, el que la hace la paga o una deuda es una deuda son muy aplicables al mundo de los negocios hoy donde abunda la desconfianza.
El libro, editado por Editorial Conecta, es de fácil lectura, divertido, con continuas citas a la forma de actuar de mafiosos famosos e intentando sacar moralejas de sus acciones. Sin duda, es una forma diferente de abordar el liderazgo y la gestión desde las prácticas del sentido común. Eso sí, abunda el amarillismo, el morbo y algunas prácticas bastante cuestionables, incluso en estos tiempos de crisis que parece valer todo.
Ferrante, que no se arrepiente mucho de su pasado y admira a muchos de sus maestros, tiene una pluma ágil y copia ese estilo directo de los gurús de la autoayuda norteamericanos. Capítulos cortos, frases directas, anécdotas a tutiplen y una cuantas gotas de sangre, es su fórmula del éxito.