El pasado miércoles estuve en la fiesta de inauguración de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) en Madrid. Un antiguo garaje en el barrio de Prosperidad ha sido reconvertido con gusto y acierto en un espacio multiusos que invita a la participación. La fiesta de inauguración, que contó con la presencia del Alcalde Ruiz Gallardón, fue todo éxito. Además de la charla del alcalde y del presidente de la asociación, se marcaron una fiesta muy divertida con barra de sushi, escuela de gintonics e incluso un concierto al mas puro estilo Beatles.
Los jóvenes empresarios quieren demostrar en estos tiempos que no son bichos raros, que son personas muy preparadas que han optado por la ruta del emprendimiento como modelo de vida laboral. Y para eso el esfuerzo de asesoría y promoción que asociaciones como AJE les pueden aportar son siempre bienvenidas.
Nosotros también nacimos en un garaje. Después pasamos por un semisótano al que llamábamos la “cueva” antes de conseguir unas oficinas como Dios manda. Y a mucha honra. Somos hijos de la crisis y teníamos -y lo seguimos teniendo- muy claro que la austeridad es una virtud que fortalece la competitividad de la empresa.
En fin, suerte a los jóvenes empresarios porque en sus manos está gran parte del futuro económico de este país.