Este fin de semana he aprovechado para hacer la migración a Mac OS X Lion y así de paso modernizar mi viejo MacBook. El sistema es curioso por lento y revolucionario. Hay que descargarse casi 4 gigas de SO a pelo y después sumar una hora de instalación para disfrutar del nuevo desarrollo de la gente de Jobs. Como si fuese la aplicación de un móvil. A cambio, el precio que nos cobra Apple escuece poco: 24 euros. Dicen que sólo el primer día hubo un millón de descargas. Y me parecen pocas… Eso sí, al lanzamiento del Mac OS X Lion le ha faltado el glamour que suele impregnar el alumbramiento de los Windows, con puestas en escenas mucho más sonadas.
Lo dicho, tras la pertinente copia de seguridad he apretado el botón, me he ido a dormir y me he levandado con el nuevo Lion instalado y todos los ficheros y programas en su sitio. Aunque todavía está indexando correos, búsquedas y demás -y por tanto el ordenador va más lento que de costumbre- el aspecto es muy similar al Snow Leopard. La gestión de aplicaciones a lo iPad, las pantallas completas -muy cómodas- y más poder para el control gestual (ya casi no uso el ratón) son las novedades de un sistema que supone una evolución y no una revolución con el actual. Os aconsejo que consultéis este análisis en profundidad que se marcaron los expertos del Laboratorio de MuyComputer para detectar todas las novedades incluidas.
Yo, toda la vida ganándome el sustento con publicaciones y revistas para el mundo PC, caí en las redes de la manzana al comprar hace ya tres largos años mi primer iPhone que en un mundo dominado (entonces) por Nokias me pareció un teléfono de otra galaxia. Después en poco menos de tres años cayeron dos iPhones más, el iPad 1 y 2 y un MacBook que le queda poco para aplicarle un plan renove y hacerme con uno de los nuevos MacBook Air presentados la semana pasada. Y reconozco que a pesar de la pasta que me dejo en Apple la satisfacción de usuario y la productividad ha aumentado radicalmente. No he tenido ni virus, ni más cuelgues que los provocados por jugar con fuego. En fin, voy a ver si le pillo el tranquillo al Lion. Por lo pronto he jubilado al ratón…