He regalado un Kindle 3 a mi hijo, que cumple dieciséis años y está en edad de devorar toda clase de libros. No voy a hablar aquí de las virtudes de este e-Book que ha marcado -como el iPad en los tablets- el estándar de la categoría. Son de sobra conocidas. Lo que me ha sorprendido es la facilidad en la compra, el precio tan competitivo, y sobre todo la entrega casi inmediata -menos de tres días- habiendo contratado el envío más económico. Para que tomen nota todas las tiendas on-line españolas que donde más fallan es en el terreno logístico.
Comprar el Kindle fue cuestión de minutos. Seleccionar el modelo -en mi caso la versión Wi-Fi de 6 pulgadas por 139 dólares-, elegir como complemento una sólida funda negra -de un par de decenas que me sugerían-, y optar por el sistema de envío más económico En total, tasas de aduanas incluidas, 170 euros. Más barato que lo que cuesta un modelo clónico en cualquier hipermercado. Y a pagar con la Visa. En total cinco minutos, menos si ya tienes tu Visa dada de alta en el sistema.
Al día siguiente, por curiosidad, monitoricé el estado de mi pedido. El Kindle de mi hijo ya estaba en Colonia (Alemania). 36 horas más tarde un mensajero me lo traía a casa, con un packaging ecológico e impecable y en estado de stand by, listo para usar. La verdad es que no me lo creía, incluso dudaba si había optado por la entrega express. Pero no, esto es lo normal en Amazon (cuando hay stock) porque tienen toda una cadena logística engrasada para dar servicio al cliente.
En fin, mucho tienen que cambiar los vendedores patrios para ser competitivos con estas multinacionales tipo Amazon. Porque las barreras de los costes de envío cada vez son más irrisorias y en productos de valor ni se notan. Y los tiempos de entrega similares, cuando no ganan los americanos. En fin, que cada vez me gusta más comprar en USA.