Tras un fin semana en la comarca de Matarrañas (Teruel) -sin cobertura, qué contradicción- el MWC queda ya un poquito lejos. Por eso, desde la perspectiva del tiempo, se puede valorar mejor lo visto y no visto en Barcelona. Aunque el que quiera un buen resumen desde todos los ángulos le invito a leer el macro especial que se ha marcado nuestro colaborador Manuel Arenas en MuyComputer. Revisa el estado actual del negocio del móvil desde todos los ángulos. Y con criterio.
Empecemos por las cifras facilitadas por la organización del MWC 2010: 49.000 visitantes registrados de los que 2.800 fueron Ceos; 2.000 empresas desarrolladoras; cientos de workshops; decenas de parties… Unos números a los que no estamos acostumbrados en nuestro aburrido panorama local. A ver como vuelve uno a los Aslan, Simo y demás convocatorias patrias sin cambiar el chip…
Claro que el mercado del smartphone, más vivo que nunca, se lo puede permitir con unas ventas estimadas de 266 millones de unidades y con una alegría en el terreno de los sistemas operativos inimaginable en la arena del ordenador. Y es que hay al menos 5 o 6 alternativas sólidas que se parten el cobre por lograr la hegemonía en este terreno. Y lo hacen con las armas que el usuario pide hoy: aplicaciones variadas, multitarea (salvo el iPhone), tendencia al Open Source y plataformas táctiles.
En la rampa de salida para los próximos meses está la tecnología 4G como promesa de inmediato futuro para las comunicaciones móviles. La fase actual de desarrollo es 3,5G, con tecnologías hspa+ y hspa+ que consiguen velocidades de hasta 42 Mbps, nada que envidiar a las actuales ADSL y compitiendo incluso con el cable.
El debate Wimax/LTE de momento tiene lugar mas en los despachos que en los laboratorios. Wimax es un estándar y eso le da cierta ventaja, pero los operadores prefieren actualizar sus infraestructuras antes que cambiarlas. En la práctica, tanto LTE como Wimax permiten ofrecer servicios de conectividad con velocidades muy elevadas, sin grandes diferencias entre ellas.
En fin, otra lectura sacada en el MWC es el tremendo futuro que tienen plataformas como los smartbooks y los tablet. De hecho se vieron muchos prototipos que con un planteamiento móvil -conectividad 3G. chip GPS, ultraligeros, gran autonomía…- y con un teclado grande (o una pantalla táctil) aportaban un gran atractivo. La clave -que se lo digan al iPad- va a estar en las aplicaciones específicas para estas plataformas. Pero el mercado empieza a estar maduro para esta nueva línea de productos.
Lo dicho, el MWC es el mejor termómetro para pulsar la salud de una industria en plena expansión. Y Barcelona ha sabido ganarse la confianza de la organización hasta 2012. Un gran acierto para la ciudad y para nuestro país.
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