Lo dicho en el título. Menuda recta final de semana con la “bofetada” desde el ministerio de Cultura a la industria de Internet y a la comunidad internauta con el intento de colar dentro de la Ley de la Economía Sostenible la creación de una policía cultural que pudiese cerrar cualquier web susceptible de contener material sujeto a derechos de autor. Esto fue un miércoles por la noche. El jueves -tras la charlotada de la Ministra Sinde con 15 blogueros- tuvo que salir Zapatero a dar su palabra de que “no se cerrará ninguna web”. Ya empiezan a ser muy comunes estas intervenciones zapateriles desmintiendo lo dicho por su tropa.
No les voy a contar el desarrollo de los hechos, de la mayoría conocidos y narrados entre otros medios en MuyComputer. Ni las repercusiones en la Red con la publicación del famoso Manifiesto. Ni el desgaste de la ministra Sinde, claramente alineada en el frente de defensa de la SGAE, perdón, de los derechos de autor, que en el fondo aunque no se diga ni salgan en la foto (menudo son ellos) son los intereses de las grandes multinacionales, las distribuidoras de música, cine y software. No, la actitud de Sinde no me ha sorprendido; está en su línea de una ministra “verde” en gestionar un canal de comunicación como Internet, al que es muy difícil, por no decir imposible, ponerle puertas o tratarle como a otro canal convencional.
Lo que me ha sorprendido ha sido la estrategia de sus asesores para intentar colocar este intento de “decretazo” de una forma casi “engrasada”. Primero, sin saber la que se nos viene encima, nos tragamos la charlotada de manifestación de 300 “artistas” que entregan un manifiesto a Sebastían, ministro de Industria, pidiendo gran parte de las medidas que, horas después, se plasmarían en un artículo de la controvertida Ley de Economía Sostenible que, a pesar de tener algunos aspectos positivos, con cagadas como esta la hunden.
Horas después, para intentar contrarrestar el efecto mediático (¿no se lo imaginaban?) convocan una reunión con 15 blogueros y profesionales de Internet, muy listos y honestos todos, pero que representan básicamente sus intereses. Lo del zorro en el gallinero es un cuento de niños si lo comparamos con el peligro que tiene alguno de los “blogueros” oficiales con mucho afán de salir en la foto, Vamos que al asesor que hizo la terna fue un auténtico lumbreras: ¿donde estaban los internautas progresistas que compensaran un poco la balanza? ¿Los representantes de las redes sociales que mueven millones de mensajes -y enlaces- a todo tipo de contenidos? ¿Los empresarios de Internet que de una forma u otra pueden verse afectados con estas medidas? Encima para liarla más, la ministra, sin agenda ni propuestas concretas (¿para qué convoca entonces?) abandona este simulacro de reunión a los 30 minutos. Con un par. Hasta que llegó Zapatero a calmar verbalmente las aguas y a parar un simulacro de manifestación convocada en caliente y que, en el arranque del puente, tenía todas las papeletas de ser un fracaso.
Y el PP mientras intentando remar en dirección contraria, muy consciente del filón de votos que se pueden pescar en este área, si siguen estas meteduras de pata. Pero claro no valen posturitas de internauta progre como la del portavoz parlamentario, el señor Pons que quería en caliente repetir la reunión creo, con los mismos blogueros. O Rajoy diciendo que iba a subir a la carrera unos discursos no fuera que las huestes de Zapatero le cerrasen el blog. Bien por el chiste pero hace falta un programa en el ámbito de Internet que mejore el panorama actual, el mega de acceso como derecho fundamental que ofrecen los socialistas para 2011 (esto si que, frente a Europa, está lastrando a la industria de contenidos en España, que vamos literalmente a pedales) y sí, que proteja los contenidos susceptibles de derechos de autor (que no son sólo la música y el cine) pero con todo tipo de garantías judiciales y anteponiendo la libertad de expresión como derecho fundamental.
Es triste ver la poca sincronía dentro de la Administración en temas de Internet. Si algo funciona razonablemente bien -y está cerca de la comunidad profesional de internautas- es red.es, dependiente del ministerio de Industria. Su director, Sebastián Muriel lleva tiempo desarrollando un buen entorno y consiguiendo resultados en este área. Y él y su equipo conocen mejor que nadie la industria profesional on-line, sus necesidades, egos y carencias. No entiendo cómo el ministerio de Cultura ha hecho la guerra por su cuenta, presionada por el lobby de los autores (y el de las multinacionales que, aunque no quieren salir en la foto, son los que de verdad quieren aferrarse como sea a un modelo caduco), sin contar con el expertise de Industria.
Otra lección que deben aprender los que mandan es que los internatutas -que son entre otras cosas ciudadanos, de izquierdas, derechas o de nada, que todo cabe en un colectivo de 25 millones de personas- no son sólo los twitteros ni los blogueros. Son también los que juegan al poker on-line, compran en El Corte Inglés a través de la Red o, porqué no, los siete millones de españoles que se pasan el día en Tuenti. Y aquí hay que trabajar en muchos canales y a muchos niveles para concienciar a todo este ecosistema.
En fin, a ver si este largo puente sirve para que todos reflexionen de que las cosas se hacen de otra forma y que lo de las policías culturales, aunque no lo sean, suenan muy mal en un país que quiere ser ejemplo democrático. Y que esto de Internet es algo global en donde las posturas locales siempre van a ser burladas por los listillos, los que se forran, que se alojarán en paraísos virtuales. Por que, como en casi todos los frentes de la vida menos en las películas, siempre gana el malo. Pero eso es otra historia que algún día contaremos.