A punto de echar el telón a esta polémica edición de SIMO Network no es hora de balances sesudos pero sí de impresiones. Del empujón mediático del primer día con el lanzamiento de Windows 7 y la presencia del príncipe Felipe a la tarde de este jueves repleta de caras cansinas y expositores deseosos de que suene la campaña para poder desmontar el puesto, ha llovido bastante.
Habrá que ver los datos que da la organización de asistencia a la feria pero empujones no ha habido ningún día. Tampoco niños y jubilados y las jornadas paralelas según gente de fiar han estado muy bien, sobre todo la Sage Experience, toda un ejemplo de motivación en estos tiempos de crisis.
Haciendo una encuesta a pie de stand, pocos aplauden con las orejas pero tampoco son muchos los que critican la feria. La mayoría nos acordamos de tiempos mejores, de acabar rotos de tanto visitar casetas, de regalos sorprendentes y reservados varios. Y es que la crisis pasa factura a todos, grandes y pequeños. Ni azafatas formato modelo, ni stands de quitar el hipo. El 90% utiliza las estructuras que da la organización maquilladas con un par de posters o a lo sumo unas banderolas.
Aunque nosotros, Total Publishing, somos juez y parte porque participamos como expositores en este “circo” profesional, echamos en falta y mucho a compañías del segmento on-line e Internet que por una razón u otra no se han sentido motivados por esta feria. Prefieren otros formatos más concisos y posiblemente más económicos. También “canta” el tema que mucho foco en el canal de distribución y falten la mayoría de fabricantes que se venden en el canal, léase Lenovo, Toshiba, Acer, Packard Bell, Asus… por citar unos pocos fabricantes ausentes.
La verdad es que nosotros no nos podemos quejar… para nuestras aspiraciones. No hemos parado de dar regalos a los que han participado en nuestros Premios MuyComputer y al final nos hemos quedado sin piruletas, y eso que habíamos traído más de 3.000. En fin, a ver si dentro de unos días me centro y hago un análisis más sesudo del SIMO y de .las apuestas sobre cómo será -si se celebra- SIMO 2010