Microsoft se la juega a una carta con Windows 7. Ahora que la versión final está ya en manos de los fabricantes y la maquinaria de marketing echa humo para resaltarnos las ventajas innegables del nuevo Windows, nos enteramos de los resultados del último trimestre fiscal que son más que preocupantes viniendo de la compañía de Seattle. Y es que los beneficios han caído un 29% y la facturación un 17%. Mucho castigo para una compañía acostumbrada a batir su cifra de beneficios trimestre tras trimestre.
La bolsa, a pesar de las expectativas levantadas por la agresiva estrategia comercial de Microsoft, ya ha dado veredicto con una caída del valor del 8% ayer, aunque si somos honestos la acción ha ganado diez dólares en los 4 últimos meses. No obstante, habrá que poner la lupa a la evolución del valor para ver si el mercado cree o no en Windows 7.