Que la crisis va en serio no lo duda nadie. Hasta nuestro presidente Zapatero, optimista donde los haya, está rumiando un cambio a voces del vicepresidente Solbes en plena Semana Santa para tratar de reactivar nuestra economía tocada en grado desconocido para la mayoría de los españoles. Otra cosa que la sustituta en todas las quinielas, Elena Salgado, sea la adecuada para tirar del carro económico. Pero eso es otro cantar…
Pero lo que de verdad es preocupante es el dato que me desayuno hoy en El País: desde que llegaran a España allá por el año 1954, las tarjetas de crédito han estado abonadas al crecimiento continuo. Pues bien, el gasto realizado a través del dinero de plástico ha caído después de 55 años de progresión continua. Ha bajado en picado como los préstamos al consumo (un 37% en el último trimestre). Los españoles tienen miedo a la VISA (o a la MasterCard). Los banqueros lo achacan al temor a lo que queda por venir, y a la prudencia, que en cambio está incentivando el ahorro. Además, también ha caído el gasto medio por compra realizada, porque ahora se mira y mucho lo que se compra.
Otro dato, los cajeros automáticos han estancado su actividad. Y no es porque la población española, adicta a estos dispensadores de dinero, les haya dado la espalda. Es o porque no hay dinero en cuenta de dónde sacar, o porque se empieza a desconfiar del sistema financiero y se prefiere tener los ahorros en casa. Por lo visto lo único que crece son los descubiertos y los impagados. En fin, a ver si se da la vuelta a la tortilla porque falta nos hace.