Lo cuentan bastante bien mis compañeros de MuyComputer. Como sabéis la mayoría ayer, 24 de febrero, Gmail estuvo caído durante más de tres horas dejando a cientos de millones de usuarios sin correo electrónico y poniendo en entredicho los ventajas de este modelo.
La unica información “oficial” recibida sobre el tema ha sido un post en el blog oficial de GMail por parte de Acacio Cruz, responsable de fiabilidad del servicio de Gmail. La explicación es que al realizar una tarea de mantenimiento rutinario en uno de los centros de datos europeos se redireccionó el tráfico a otro centro de datos. Al parecer para optimizar recursos, se introdujo hace poco un código que hace que el tráfico de datos de Gmail se dirija siempre al centro de datos que esté geográficamente más cercano al usuario. Esto provocó que en vez de redirigir el tráfico de los servidores de mantenimiento al centro de datos elegido éste saturara un tercer centro de datos. Y esto provocó una caída en cadena que, aunque no reconocida, bloqueó el servicio en su totalidad.
No voy aquí a cuestionar que los técnicos de Google pusieran todas las herramientas necesarias para minimizar el daño a sus usuarios. Lo que sí critico es su política de comunicación, más propia de compañías de la vieja guardia que de una empresa global con tanto peso específico en el Internet actual.
Porque hasta la fecha no ha habido ni un mail de atención al cliente de Google contando lo que pasó o al menos una versión oficial dulcificada. Bien es verdad que usamos de gratis el servicio, pero un poquito de consideración como uusarios si que sería de agradecer.
El único mensaje oficial recibido, al menos en mi caso, durante las tres horas de caída fue este pantallazo en el que de forma muy directa se me insinúa que estoy cargado de virus hasta las cejas y se me conmina a revisar mi PC para evitar contagios.
En fin, este no-trato al cliente es una política que a la larga se paga.
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