Analizando el informe Eurostat sobre la penetración y el uso de Internet en los países comunitarios me sorprende ver como España se encuentra en el pelotón de cola empatado con Lituania. Sólo estamos por encima de Portugal, Grecia, Rumanía o Bulgaria. Y nos ganan porcentualmente de largo los de siempre: Italia, Francia, Reino Unido, Alemania…
En el terreno de la empresa, y según este mismo informe, los datos son un poquito más positivos. Internet de banda ancha está disponible en el 95 % de las empresas españolas. Más de la mitad, el 54 %, dispone de web informativa aunque sólo el 5 % la utiliza como herramienta de venta. Vamos, que este es otro terreno donde queda mucho por hacer.
Lo sorprendente, en cambio, es que en España somos líderes de largo utilizando una tecnología cara de acceso a la Red como es el 3G. El 19 % de los españoles confiesan conectarse a la red a través de dispositivos móviles 3G. Claro que no me extraña. En nuestro país es difícil encontrar sitios Wi-Fi gratis -algo muy común en la mayoría de los países europeos. Recientemente he estado de vacaciones en Turquía y he podido constatar como hay Wi-Fi por la patilla en la mayoría de hoteles y centros comerciales-. Estoy seguro que esta es la principal razón para que contratemos programas 3G.
En banda ancha, a pesar de ser bastante más cara que en la mayoría de nuestros vecinos europeos, tampoco estamos mal. Y las perspectivas tecnológicas, según contamos en MuyComputer, prometen para este año con la instalación masiva del ADSL de segunda generación. En este sentido, nuestras operadoras, tanto móviles como fijas, muestran su capacidad de persuasión para hacernos con unos servicios tecnológicamente sofisticados pero a un precio por encima del mercado europeo.
En fin, no me enrollo más. Lo que queda claro es que aquí, en España, a diferencia de los países nórdicos y centroeuropeos, todavía la televisión -y la charla en el bar- gana la partida a Internet. Pero, esperemos, que por poco tiempo.