Ahora que el gobierno español empieza la ofensiva final contra el p2p, es tiempo de reflexionar si el tema de la piratería en medios digitales se arregla a golpe de decreto. La industria del cine o la música -como la de los medios de comunicación- debe evolucionar y actualizar sus canales de ingresos según los tiempos que corren. Y los que ven el desarrollo del negocio y los cambios de hábito de la audiencia lo están haciendo. El cine con el aumento de ingresos vía taquilla y la música con los conciertos, el merchandasing, el placement comercial, van salvando los resultados.
Analizando los datos de la industria del cine que facilita Hollywood Reporter, los ingresos por taquilla han pulverizado todos los récords en 2008. Y las expectativas para 2009 son mejores. El año pasado se han vendido más de 1.400 millones de entradas sólo en los USA a un precio medio de 7,2 dólares por butaca (más barato que en España). Y eso sin contar el negocio de las palomitas…
Y este es el camino. Buenas películas, salas que integren la tecnología de reproducción actual, estrategias de marketing originales (los ingresos por placement de productos ha crecido vertiginosamente)… Y por supuesto, ser competitivos en otros canales como la venta de derechos a televisiones (cada vez hay más), DVDs de calidad tipo Blue ray, y explorar como monetizar el tema de Internet. Algunas casas ya están probando el modelo de gratis pero con publicidad…
La música lo tiene más chungo por su posición inmovilista. El mercado es a veces cruel pero sobre todo prágmático. Ayer cuando fuí en plan Rey Mago a comprar un juego para la Wii para mi hijo mayor (El Guitar Hero World Tour Edición completa, agotado en todo Madrid, menudo fenómeno del que hablaremos próximamente en este blog) me sorprendió ver cómo los MediaMarkt, Saturn y compañía destinaban importantes lineales a la venta de libros, posiblemente los mismos lineales dedicados el año pasado a la venta de música. Y es que si hay una oportunidad se aprovecha. Y en esto no hay sentimentalismos.
En fin, el libro también tiene su crisis por el consumo masivo de medios digitales, pero parece que perdura por la calidad de los contenidos y porque todavía no hay soportes alternativos digitales de calidad. Pero lo dicho al principio, los proteccionismos conseguidos a golpe de decreto solo provocan rechazo y nuevas vías imaginativas para saltar la protección.