Los que me conocen saben que he gastado media vida editando revistas de informática para todos los públicos y en casi todos los nichos: profesionales, de electrónica, enfocadas a las pymes y, sobre todo, destinadas al usuario final. He vivido en nuestro país todo el proceso evolutivo de estos medios de comunicación que llegaron a ser un fenómeno de masas allá a finales de los noventa y principios de este siglo, paralelo al despegue de Internet, con ediciones de más de 600 páginas y 100.000 ejemplares de venta. Eso sí, la caída libre empezó en torno a 2004, cuando los usuarios avanzados, lectores tipo de estas revistas, apostaron en masa por consumir la información vía Internet. Y empezaron los cierres de revistas, adelgazamientos de plantillas y reestructuración de un sector que sólo le queda el camino de la Red.
Por eso, cuando hoy he leído en la Red que PC Magazine edita su última edición en papel este mes de enero (que se pone a la venta en dos semanas y será, sin duda, un incunable del que pienso hacerme con un ejemplar), me ha entrado morriña y me ha hecho mirar atrás. Y eso que en estos últimos meses sólo miro hacia adelante, hacia la edición en Internet, y el papel hace tiempo que no me dice nada a mí y a la mayoría de los usuarios.
Pero este, el de PC Magazine, no es un cierre más en el panorama caótico de los medios impresos que están viviendo un año negro. Es una evolución fría y calculada de una revista que ya tiene al grueso de su comunidad en la Red y de una empresa histórica, Ziff Davis, recién salida de una bancarrota que sabe que su supervivencia pasa por el ahorro estricto de costes. Y esto sólo lo permite Internet.
PC Magazine era la alternativa al pionero del sector, PC Word. Nació a mediados de 1982 de la mano de Ziff Davis, una editora de libros técnicos. Desde el primer momento encandiló a los usuarios avanzados por su enfoque técnico y sus revisiones de producto de calidad. Fue sin duda fuente de inspiración de PC ACTUAL que en sus primeros tiempos se llamó también Magazine, aunque más tarde, por un problema de licencias, tuvo que cambiar la denominación. Esto también nos obligó a hacer un producto totalmente hispano, pero esa es otra historia…
En sus buenos tiempos, se convirtió en quincenal y llegó a distribuir más de un millón de ejemplares, eso sí, como su competidor PC World, la mayoría vía suscripciones, algo muy típico en el mercado USA. A diferencia de los europeos, no entraron en la guerra del gadget del CD-ROM, del DVD o del librito. Se centraron en información pura y dura, un modelo que les funcionó hasta hace un par de años.
Ahora su salida está en la red con una denominación recortada: PCMag. Esta web es ya la estrella de la red tecnológica con la que Ziff Davis se quiere enfrentar al futuro y que incluye otros títulos como ExtremeTech, Gearlog, Appscout, Smart Device Central, GoodCleanTech, DL.TV, Cranky Geeks, y PCMagCast.
Sin duda, una decisión valiente pero obligada por la crisis publicitaria, principal sustento de esta prensa especializada que, menuda paradoja, cuenta con más adeptos que nunca pero a través de la pantalla. Y esto por ahora, es más difícil de monetizar.�
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