El pasado fin de semana estuve en Zaragoza, en la Expo, que por cierto cierra sus puertas el próximo día 14. La Expo, a pesar de la escasa repercusión mediática fuera de Aragón, es un éxito de público, organización y civismo. Y eso que conseguir que más de 5 millones de personas gasten el día y un buen puñado de euros en visitar una exposición monotématica en algo tan importante pero tan poco sexi como el agua ha sido un reto que han conseguido los maños por cabezones. En este post incluyo algunas imágenes que muestran el ambiente que transpira Zaragoza estos días.
Reconozco que, como muchas personas de mi entorno, me daba pereza ir a Zaragoza a sufrir colas y a ver curiosos edificios repletos de pantallas planas con aburridos documentales. Y si no me lo ponen a tiro no voy. Pero, vía mi mujer y a una asociación de empresarios a la que pertenece, me invitaron a un viaje de los que no puedes decir que no: visita vip, entrevistas con los principales protagonistas, cena en la terraza del Aquarium… Vamos, a todo trapo para palpar en primera línea el espíritu de la Expo.
Doy fe que el sábado asistieron 108.000 personas al recinto ferial. Y el domingo iban camino de batir ese récord. Y más no caben. Es impresionante ver las colas que se montan en los pabellones más chic (hasta cinco horas marcaba el de Alemania) y dos el de España.
Y es que la Expo tiene un componente de parque temático donde la tecnología es la protagonista. Méjico dispone de unas curiosas pantallas táctiles proyectadas en cristales; Kuwait todo un show en 4D donde uno siente como te escupe un camello; Aragón uno de los audivisulaes más espectaculares que he visto en mi vida; España una proyección de 360 grados; Marruecos pantallas con olores; Acciona, la mayor pantalla interactiva de Europa con un frontal de 120 metros…
En dos años, tal como comentaba el comisario general Fernández Castaño en un desayuno exclusivo con mi grupo de amigos-empresarios, se ha convertido una zona de huertas en todo un espectacular recinto ferial con vistas de futuro. Porque, a diferencia de Sevilla, los edificios de la Expo están ya vendidos en cerca de un 60 %. Los pabellones, construidos de forma modular, se convertirán en oficinas de cuatro plantas. Los garajes en el subsuelo ya están preparados. Y los edificios emblemáticos se quedan para solaz y disfrute de los zaragozanos.
En fin, si todavía te quedan ganas de vacaciones y algo de presupuesto, gasta este fin de semana en Zaragoza. Es la última oportunidad de ver la Expo. Y te aseguro que merece la pena.