La verdad es que siempre he pensado que la publicidad vía SMS es muy agresiva, lindado la frontera donde lo ética pasa a un segundo plano con tal de conseguir resultados. Y no digamos ya las promociones utilizando este sistema donde las reglas del juego no están del todo claras, lo que lleva a picar a usuarios ingenuos. Con todo el control que sufrimos los que nos movemos en el mundo on-line en el tema el e-Marketing, en el terreno del Mobile Marketing la transparencia brilla por su ausencia.
Hace un año, para promocionar las suscripciones de la revista en la que trabajaba (PC ACTUAL) estuvimos a punto de contratar una ambiciosa campaña usando la tecnología bluetooth. Básicamente, la acción consistía en poner unos cuantos puntos emisores en SIMO, para que enviasen mensajes multimedia a los usuarios que pasasen por la zona. Al final desistimos porque pensamos que la agresividad de la acción (recibir un mensaje no solicitado) podía ser más dañina que los propios resultados.
Al spam uno ya, casi, se acostumbra. Además, cada vez son mejores los filtros de Outlook o Gmail, mis lectores de correo. Pero con los SMS no. Cuando suena el móvil pienso en un mensaje importante de algún conocido. Y la mayoría de las veces me encuentro con una promo de La Caixa, Movistar (mi proveedor) o Volvo. Seguro que operan dentro del marco de la ley, pero la acción no deja de ser agresiva para mi intimidad. Capítulo aparte son las promociones vía SMS, la mayoría engañosas con el afan de sacar al usuario el máximo de SMS de respuesta. De esto hablan hoy en Bajo la línea, un excelente blog de marketing below the line.
Otro ejemplo claro en esta línea es la ambiciosa acción realizada entre Telefónica y Porsche en la que sorteaban 100 tototerrenos Cayenne y que tanto alboroto ha creado en la Red. Incluso hay usuarios que han hecho auténticas locuras como gastarse 1250 euros en SMS en un mes. Seguro que las reglas son legales y están bendecidas por los notarios más prestigiosos, pero la realidad es que el usuario que manda un SMS de respuesta, le llega otro diario invitándole por los más diversos medios a continuar jugando. En fin, una pesadilla que además te puede salir por un pico.
En fin, que no me gusta el mobile marketing hoy tal como está planteado. Creo que debe ser más imaginativo y estar mejor regulado. Y el usuario debe estar más protegido.