Conocí a José Vicente Molera, dueño de Airis, allá a finales de los noventa cuando tenía un par de tiendas en Madrid y siempre pensé que llegaría lejos por su olfato y su ímpetu. Fue de los pioneros en irse a China y Taiwán para traerse todo lo que pedía el mercado a precios muchos más reducidos. Su planta de ensamblaje a las afueras de Guadalajara crecía año a año. Incluso llegó al Top Five de los vendedores de ordenadores en nuestro país hasta que se desató la gran guerra del portátil. Después apostó con mayor o menor fortuna por la telefonía móvil, los GPS, los PDAs e incluso las televisiones LCD. Fue incluso pionero en explorar nuevas fórmulas de venta, asociándose con periódicos, algo ahora muy habitual entre los fabricantes con pedigrí. Todavía me acuerdo de los 200.000 home cinema que colocó a través de Marca en nuestro país hace algo más de cuatro años.
Ahora este fabricante se ha fijado en un segmento de mucho futuro, monopolizado por Asus con su Eee PC , el de los portátiles ultraligeros de bajo coste gobernados por Linux o, ahora, recientemente Windows XP. Así, los Airis Kira llegan a España con ganas de dar guerra en un segmento que cada vez cuenta con más adeptos: el de los Ultra Mobile PC que aportan una libertad desconocida a los usuarios de máquinas personales.
La máquina la verdad es que tiene un pintón. Pantalla TFT de 7 pulgadas giratoria y abatible, con resolución de 1024 x 768 píxeles, webcam, altavoces, memoria RAM de 512 Kb a un mega, discos flash de 2, 4 y 4o gigas, Wifi,, dos USB y un procesador AMD Geode El precio de partida como es 299 euros con el IVA puesto y se comercializarán a través de alrededor de 7.000 puntos de venta. El modelo más caro no llega a los 400 euros. Vamos, a precios de PDA para una máquina con una autonomía de 4 horas y media y menos de un kilo de peso.
La distribución Linux que integra está basada en Fedora y cuenta con un montón de aplicaciones gratuitas. Pero si se quiere, por 50 euros más, uno puede llevarse la máquina con Windows XP preinstalado. Lo dicho, para pensárselo si uno necesita movilidad a precios asequibles.